Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1884-1885 (Cortes de 1884 a 1886)
Sesión: 24 de junio de 1884
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 29, 764-765
Tema: Contestación al discurso de la Corona

Aunque ya no lo considero necesario, no puedo menos de deferir a las indicaciones que ha hecho antes el Sr. Presidente, y con este motivo, voy a decir algunas palabras [764] sobre este delicado incidente, que hace tiempo ocupa nuestra atención.

Desde el momento en que el Sr. Pidal primero, y el Sr. López Domínguez después, y el Sr. Cánovas del Castillo por fin, sin contradicción ninguna por parte del Sr. Pidal, han dicho que en las apreciaciones políticas que ayer hizo no quería referirse ni era su intención referirse a persona ninguna determinada, ni siquiera a grupo determinado de esta Cámara, la cuestión personal, a mi juicio, ha desaparecido.

Derecho tiene el Sr. Muro para reclamar las cuartillas, siquiera no sean siempre reflejo fiel de la expresión del Diputado que habla, porque para eso está el Diputado que ha hablado, para rectificar las cuartillas en lo que hayan de rectificarse delante del interesado que reclama, que es la mayor satisfacción. Pero en fin, las cuartillas no han venido, y las satisfacciones están dadas, quedando a salvo el decoro de todos, el del que las ha dado y del que las recibe. Repito que no puede haber duda ninguna respecto de esto, a las apreciaciones políticas, el Sr. Muro contestará como lo juzgue conveniente.

Y terminando ya, como creo, completamente este incidente personal, voy únicamente a rectificar una idea que se ha emitido respecto del juramento; y yo no diría una palabra sobre esto, si no hubiera visto que en ese error insiste el Sr. Presidente del Consejo de Ministros, dando al juramento una extensión y un alcance que no tiene, porque si tuviera la extensión y el alcance que se le quiere dar, entonces, señores, sería imposible legislar sobre nada. Cuando nosotros juramos sobre los Santos Evangelios, juramos respeto y acatamiento a las leyes y a la Constitución vigentes; pero al jurar la Constitución, no queremos decir que no podemos modificar esa Constitución dentro de las leyes, porque este es el respeto que se exige; de otro modo, yo declaro, Sres. Diputados, que todos hemos sido unos cobardes y todos hemos faltado a nuestros juramentos, porque todos hemos jurado la Constitución del Estado, y sin embargo, todos hemos contribuido a modificarla, ya en un tiempo, ya en otro.

Pero, señores, los partidos que se mueven dentro de la órbita de las leyes y del respeto a las instituciones vigentes, cumplen con el Reglamento y cumplen con la ley.

Por consiguiente, en lo que al juramento se refiere, permítame el Sr. Presidente del Consejo de Ministros que se lo diga, no tiene S.S. razón; porque su señoría, como yo y como todos, habríamos sido entonces perjuros muchísimas veces, y ni aquí ni en ninguna parte ha podido entenderse el juramento con esa extensión y con ese alcance (El Sr. Presidente del Consejo de Ministros: Pido la palabra).

Dichas estas palabras, yo me siento, repitiendo al Sr. Muro que puede dar por terminada la cuestión en lo que se refiere personalmente a S.S., y creo que también en lo que se refiere al grupo a que pertenece.

Quedan ahora las agresiones políticas del Sr. Pidal, que merecen una contestación que yo espero ha de darle al Sr. Muro. [765]



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